Desde época colonial RD ha sido solidario con el vecino Haití
Desde los albores de la colonia, Quisqueya ha sido testigo de la llegada de aquellos que buscan refugio en sus tierras.
Entre ellos, figura el esclavo occidental Padrejón, quien junto a treinta compañeros negros, arribó a este suelo y erigió lo que hoy conocemos como el bullicioso barrio de Los Mina.
Sin embargo, la historia también ha sido marcada por episodios oscuros, como la tragedia que ocurrió en 1937, cuando una oleada de ciudadanos haitianos invadió la región del Cibao.
Ante este desafío, Trujillo, conocido como «El Jefe», ordenó una brutal masacre cuyas cifras aún nos eluden, pues el río Masacre se cruzaba por la frontera a pies.
En tiempos más recientes, la problemática migratoria en la frontera ha vuelto a cobrar relevancia. El presidente Luis Abinader se ha visto obligado a tomar medidas drásticas, dividiendo la frontera para evitar una invasión pacífica.
Sin embargo, más de dos millones de haitianos han cruzado ya hacia nuestro territorio, dispersándose por toda la geografía nacional en busca de oportunidades y un futuro más próspero.
Es lamentable observar cómo los países del primer mundo permanecen en silencio, sin ofrecer respuestas o soluciones tangibles a esta crisis humanitaria.
Pareciera que esperan a que el estallido social sea inevitable para actuar, ignorando el sufrimiento y la precariedad en la que viven millones de personas.
No obstante, aún queda esperanza de que no sea demasiado tarde para encontrar una salida justa y equitativa a esta situación.
Es de vital importancia que la comunidad internacional se involucre y coopere en la búsqueda de soluciones que respeten los derechos humanos y dignifiquen la vida de todos los afectados. Porque en la historia de Quisqueya, la solidaridad y la compasión siempre han sido más fuertes que cualquier frontera o adversidad.