Después de las elecciones, ¿Qué pasará en Venezuela?
SANTO DOMINGO ESTE
Por Juan López
La República Bolivariana de Venezuela, desde la misma muerte del Presidente Hugo Chávez, entró en una compleja crisis económica, social y política de la que no se vislumbra una solución viable y a corto plazo.
Venezuela se encuentra afectada por una hiperinflación que supera el ocho mil por ciento, desabastecimiento de una gran cantidad de productos de primera necesidad, cierre de muchas empresas y emigración de inversionistas, incapacidad para honrar la enorme deuda contraída con organismos internacionales, razón por la cual el BID le acaba de suspender la erogación de préstamos pendientes por recibir.
Esa inocultable crisis económica se refleja en la reacción social a través de frecuentes manifestaciones de protestas callejeras, con saldos de destrucción y saqueos de propiedades públicas y privadas, cientos de presos, heridos y muertos.
También se refleja en la emigración de cientos de miles de venezolanos a otros países (en los últimos tres años, a la R. Dominicana han llegado decenas de miles), lo cual es una muestra de la desesperación por la que atraviesa una amplia franja social de venezolanos.
La ingobernabilidad, inestabilidad política y ausencia de institucionalidad democrática es el panorama generalizado en la Venezuela que vemos hoy. Un Presidente inmaduro que “habla hasta por los codos, con insultos y largos discursos” a través de los cuales, a diario, se abre diferentes frentes antagonistas, contando con “el respaldo de los gobiernos rusos y chinos” y enajenándose a 14 gobiernos latinoamericanos y varias instituciones influyentes en la comunidad internacional.
En Venezuela existen dos congresos, “funcionando” en formas paralelas. Uno contralado por la oposición y el otro responde, sectariamente, al gobierno.
La oposición política no refleja madurez y actúa con emotividad. Aun cuando han creado la Mesa de la Unidad con la participación de varios partidos y movimientos aupados por la sociedad civil, los políticos opositores siguen actuando con dispersión, contaminados por el protagonismo individualista y con evidentes ausencias de estrategias claras y objetivas, aun cuando reciben un inusual y visible respaldo del gobierno norteamericano y la OEA.
El “diálogo gobierno-oposición” ha sido un verdadero fiasco. El irrespeto y la desconfianza en el cumplimiento de los acuerdos ha sido la constante, razón por la cual, el pasado domingo 20, se realizaron “elecciones presidenciales” con la abstención de los principales partidos de la oposición y en las que se materializó la “reelección del Presidente de Maduro” hasta el 2025 (¿?).
Esas elecciones recibieron la condena de una gran cantidad de gobiernos de América y Europa que desconocen sus resultados y al nuevo gobierno de Maduro. La OEA y los EUA incrementan sus ataques y amenazan con implementar más sanciones económicas y políticas, lo cual vislumbra un significativo aislamiento internacional de Venezuela, con consecuencias imprevisibles.
El Presidente Maduro informó, el pasado jueves 24, el desmembramiento de un grupo de militares con propósitos golpistas. Empezó con la liberación de unos 20 presos políticos y tiene interés en retomar el diálogo con la oposición que se mantiene renuente.
Ante esa complicada situación por la que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela, Desde el Municipio nos preguntamos: ¿Qué pasará en Venezuela?
Nos sentimos preocupados y pesimistas. No vemos salidas pacíficas e inmediatas. La grave crisis económica seguirá golpeando a la población, no obstante los encumbrados precios del petróleo.
La oposición se mantiene dividida e incoherente. El gobierno sigue prepotente y pretendiendo ignorar la realidad nacional e internacional que lo acorralan. Las estrategias que la geopolítica está implementando a nivel comercial y político no favorecen los objetivos del gobierno del Presidente Maduro.
Por esa gran maraña que antecede, en esta ocasión, nos circunscribimos a reiterar la pregunta: Después de las elecciones, ¿Qué pasará en Venezuela?.