Los desechos sólidos. Oportunidad de inversión público-privada

Por ALFREDO CRUZ POLANCO

A raíz de la crisis que se ha presentado en el Ayuntamiento de Santo Domingo Este (ASDE), uno de los más grandes del país, por el gran desbordamiento y cúmulo de desechos sólidos, debido a la incapacidad que han mostrado sus autoridades para su manejo, independientemente de las causas que lo provocaron, el Gobierno Central, de manera correcta intervino al mismo, declarándolo de emergencia y ha ido en su auxilio para evitar que dichos desechos provoquen plagas, enfermedades infectocontagiosas, una epidemia sanitaria, además de la pandemia del Covid-19 que afecta al país.

El proceso del manejo de los desechos sólidos comprende su recogida, transporte, tratamiento, reciclaje, eliminación y fumigación de los vertederos improvisados. Los vertederos a cielo abierto que están funcionado, como el de Duquesa, se han convertido en grandes focos de contaminación y generadores de problemas de salud (enfermedades respiratorias), por la gran humareda que provocan.

Si las crisis que se presentan se saben conducir, estas se pueden convertir en grandes oportunidades. El señor Presidente de la República Luis Abinader está promoviendo una alianza público-privada para la realización de proyectos de desarrollo en determinadas provincias y municipios.

Considero que esta es una oportunidad para que a través de dicha alianza se instalen plantas de procesamiento y reciclaje de desechos sólidos, como existen en los países desarrollados, las que generarían cientos de empleos directos e indirectos, pero lo más importante, se contribuiría a disminuir la contaminación del medio ambiente, de las aguas, del aire, problemas de salud a los munícipes, perjuicio al turismo, así como a la imagen del municipio y del país.

Para muchos países, los desechos sólidos ya no son un problema, sino una oportunidad de negocios, pues se han convertido en materia prima para las empresas procesadoras de ciertos productos industriales de grandes demandas.

Además, se debe iniciar una campaña de educación, motivación, orientación y concientización ciudadana, de cómo clasificar dichos desechos: los orgánicos, cristales, plásticos, metales, etc. para su fácil manejo, mediante incentivos, a través de la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU) y de la Liga Municipal Dominicana, por medio de programas de radio y televisión, volantes, etc. De ahí que una comunidad limpia no depende solamente del servicio de la recogida de sus desechos, sino, de la educación de sus habitantes para su mejor manejo.

También se debe aplicar un régimen de consecuencia para los que esparzan los residuos y desechos sólidos en las vías públicas y para los munícipes que no cumplan con las disposiciones establecidas.

Cuando se presente este tipo de situación en cualquier otro ayuntamiento, el Gobierno Central debe actuar de inmediato a través de los Ministerios de Obras Públicas, de Medio Ambiente y recursos Naturales, Salud Publica, el propio ayuntamiento, en coordinación con el Programa de Proyectos Especiales de la Presidencia y declararlo de emergencia.
No se justifica que en pleno siglo XXI, con tantas tecnologías, maquinarias y equipos modernos, los desechos sólidos no se estén aprovechando, en cambio, están arropando nuestras ciudades, provocando enfermedades, epidemias, plagas de insectos y contaminación y al medio ambiente. Ojalá que la alianza público-privada para la recolección de los desechos sólidos sea una realidad. Que así sea.

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