Opinión

Pedro Mejía: De Carnicero a la Asamblea de NJ. El Mocano es el primer dominicano en llegar a la asamblea estatal del estado Jardín.

Por Isolda Peguero:
Nueva York. “Para mi este es un Sueño, que a veces ni me lo creo».
Así responde Pedro Mejía, al preguntarle que se siente ser el primer dominicano en llegar a la asamblea estatal de Nueva Jersey.

Oriundo de Moca, municipio cabecera de la provincia Espaillat, al norte de Santo Domingo- la capital Dominicana- a la edad de quince años, Mejía emigró a Los Estados Unidos buscando ese mejor futuro que busca todo inmigrante.

«Yo le dije a mi Mamá, Mamá te voy a ayudar. Voy a salir a camino, me voy de aquí».

Y se fue, primero rumbo a Puerto Rico, donde vivió varios años y trabajo como carnicero. Tras casarse y concebir sus tres hijos se mudó a los Estados Unidos, estableciéndose en Nueva Jersey.

Mejía, el único varón de tres hermanos, enfatizó varias veces que los inmigrantes «no somos carga»

«Para mí es vergonzoso cuando a nosotros los inmigrantes nos llaman animales. Simplemente es una ola de odio. Una ola de odio que dice es inaceptable-refiriéndose a la ocasión en la que el Presidente Donald Trump- se refirió a los inmigrantes como «animales». Una retórica a la que piensa combatir, si el electorado del estado Jardín le da la oportunidad de seguir en la asamblea, cuando las elecciones se realicen el próximo Noviembre.

Y es que el partido demócrata de Nueva Jersey, designó a Mejía como el sustituto del ex vocero de la Asamblea Estatal cuando esté renunció, tras aceptar un trabajo para presidir la agencia estatal a cargo de La Autoridad y Exposición Deportiva de Nueva Jersey.

» Cuando humillan a un inmigrante, me humillan a mí, porque yo también soy inmigrante » Por eso, desde esta posición haré todo a mi alcance para empoderarlos, incluyendo trabajar para que los indocumentados tengan derecho a una licencia de conducir».

Mejía, quien además de carnicero, también trabajo como cocinero y en él área de construcción, es una historia de éxito que le hace honor al dicho Mocano: «Seco, sacudió y medido por buen cajón».

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